A los amigos
y a la familia
hay que mentirles,
ocultar
para no lastimarlos,
para que no se vayan nunca.
A un desconocido
podría decirle que
hay días
en los que
me quiero morir,
sí,
morir.
Podría contarle qué
difícil es despertar
cada mañana, cómo
me pierdo
andando por la calle
o en el camino a mi cocina.
En cambio
a mi madre le diré
que los pájaros cantan más fuerte,
este verano.
Y cuando ya no haya más
desconocidos,
clavaré
en mi rostro esta
máscara de
Felicidad.
2 comentarios:
borraste los comentarios? por qué?
porque no tengo ganas de discutir por acá
Publicar un comentario